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Día 2 – El aparato respiratorio
¿Cómo llega el aire a nuestros pulmones? El recorrido es complejo y tiene diferentes hitos.
El primero son las fosas nasales donde el aire se calienta, se filtra y se humidifica. Por eso es tan importante ese consejo que hemos escuchado desde la infancia en días de frío: «Tápate la boca y respira por la nariz para evitar un resfriado». De las fosas nasales pasamos a la faringe, un cruce de caminos, ya que por ella respiramos y tragamos. Después viene la laringe que tienen una doble función: en la inspiración favorecemos la entrada del aire para respirar, y en la espiración, la salida del aire nos permite hablar.
Y de ahí, a la tráquea y al árbol bronquial, formados ambos por unos anillos cartilaginosos incompletos que se pueden abrir o cerrar en función de nuestras necesidades. Tras este paso, el aire llegará al destino final, los alveolos pulmonares, desde donde el oxígenos pasará al torrente circulatorio que lo distribuye por todo el cuerpo.
Para entender mejor este proceso no te pierdas el vídeo complementario impartido por el profesor de Anatomía Humana de la UGR, Miguel Guirao. ¡Orientado a todos los públicos!