Diez días para salir de “el Laberinto que nos lleva a la Ciencia”

22 agosto, 2018

El Parque de las Ciencias ha abierto una instalación temporal en forma de laberinto que recorre el tiempo que va desde la aparición del ‘Homo sapiens’ hasta nuestros días. “El Laberinto que nos lleva a la Ciencia” termina el próximo 31 de agosto.

Recorrer un laberinto es siempre una experiencia de gran poder evocador. Atractivo pero inquietante e inspirador. Se trata de un objeto cargado de historia, presente en todas las civilizaciones, y que se encuentra incluso en las primeras representaciones del arte rupestre. El laberinto nos invita a recorrer su peculiar forma con curiosidad y actitud despierta.

Con esta idea, el Parque de las Ciencias ha abierto durante el mes de agosto “El Laberinto que nos lleva a la Ciencia”. En el espacio del pabellón de exposiciones temporales, los visitantes pueden hacer un sinuoso recorrido que representa el tiempo que va desde la aparición del Homo Sapiens hasta nuestros días, señalándose el punto aproximado del momento de la historia en el que aparece la ciencia.

Este nuevo espacio cercano a las “instalaciones” del arte contemporáneo, está conformado solamente con pequeñas macetas de barro, que van llenando el gran espacio de un pabellón vacío, acompañado de una iluminación tenue y sonido ambiental que invita al visitante a caminar para participar del contenido. Cada metro del laberinto representa en torno a 500 años, de manera que el recorrido de 640 m equivale a 320.000 años, la antigüedad atribuida al Homo sapiens, el Ser humano moderno. La exposición completa alcanza los 1000 m2, básicamente con una sola pieza compuesta por más de 4.000 macetas de barro.

Diferentes hitos de la historia de la humanidad, como Altamira, la invención de la Agricultura, la invención de la Escritura, etc. aparecen marcados en el recorrido. Entre ellos destaca el punto donde situaríamos el origen de la ciencia, entendida como el método de comprensión del mundo natural. El laberinto refleja de una forma intuitiva cómo, en términos evolutivos, la ciencia es una herramienta muy reciente construida por la humanidad hace muy poco tiempo. Este espacio es el primero de un proyecto denominado “Laberintos para pensar”, un nuevo formato expositivo donde prima la máxima simplicidad formal y un contenido abierto a la interpretación del visitante.

El itinerario finaliza en la rampa que sube a la planta alta del pabellón, desde donde el visitante obtiene una vista en conjunto de todo el laberinto. Esta experiencia es un homenaje al científico y divulgador Carl Sagan, que en 1995 escribió sobre este tema en el libro: “El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad”. Así, al final de este camino, encontramos también un punto de información, con algunos libros de Sagan, que nos invita a interesarnos por la ciencia y su historia.

“El Laberinto que nos lleva a la Ciencia” sólo estará abierto durante el mes de agosto, de manera que podrá visitarse hasta el próximo día 31. La alcaldesa en funciones, Ana Muñoz; junto a la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Sandra García; han estado visitando hoy esta propuesta del museo, que refuerza la oferta de contenidos en el periodo estival. Durante la visita han manifestado su satisfacción por los buenos datos de visitantes que está teniendo el Parque de las Ciencias durante el verano. Por el Laberinto han pasado más de 21.500 personas durante el mes de agosto. Con esta cifra se alcanzan los 310.000 visitantes al museo desde enero de 2018, a las que se suman las 133.000 del BioDomo y las 85.000 de Planetario. De este modo en lo que va de año el Parque de las Ciencias ha recibido más de 529.000 visitas. Esta cifra mantiene los buenos resultados de público que se tuvieron en el mismo periodo del año anterior, y apunta a que se mantendrán las buenas previsiones para cerrar el 2018 con un nuevo récord de visitas.

Finalizado agosto, el Parque de las Ciencias comenzará a trabajar en el espacio que deja el laberinto para preparar “Play. Ciencia y Música”, la próxima gran propuesta expositiva del museo. Se trata de una producción propia que combina la museología clásica con las últimas tecnologías para presentar un recorrido por la historia de la música y la física del sonido. Técnicas inmersivas, una colección de objetos originales, un estudio de grabación o un taller de luthier en directo serán algunos de los elementos para acercar el próximo curso la historia de este binomio a todos los visitantes.

 

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