La prestigiosa antropóloga Elisabeth Daynès desvela cómo reconstruyó el rostro del joven Darwin

1 octubre, 2010

Últimos días para conocer el proceso científico paso a paso en la exposición «La evolución de Darwin

La información que da una fotografía puede ser suficiente para reconstruir fielmente en tres dimensiones el rostro de una persona. Y eso es precisamente lo que ha necesitado la prestigiosa antropóloga Elisabeth Daynès para rehacer la fisonomía del joven Darwin 200 años después de su nacimiento. A unos días de que finalice la exposición ‘La evolución de Darwin, el próximo 3 de octubre es la última cita para verla, la científica francesa despide la muestra en Granada y desvela paso a paso el proceso científico que hay detrás de la única imagen que existe de Darwin a sus 18 años y que se ha mostrado por primera vez en esta producción internacional.

“La reconstrucción la hemos realizado a partir de un retrato de Charles Darwin cuando tenía 31 años. Necesitábamos hacer una regresión de esa imagen para conseguir el perfil del científico 12 años antes y, para ello, fue imprescindible la aplicación de un algoritmo de rejuvenecimiento del que partimos para hacer la reproducción del cráneo en tres dimensiones”, explica la científica, tras comentar que, además de la fotografía, una reconstrucción en 3D requiere una información mínima: “la edad, el sexo, la corpulencia y el grupo étnico”.

Para hacer la regresión del rostro, Daynès contó con la ayuda del antropólogo y paleontólogo Jean-Nöel Vignal, quien también colaboró en el estudio de la formación del cráneo y el perfil para obtener la cara más probable de Darwin en tres dimensiones.

Una vez determinaron cómo era la forma del rostro del científico inglés, antes de cumplir los 20 años, empezaron a trabajar en reproducción del cráneo: “La forma de un rostro da información sobre la forma del cráneo, es por eso por lo que una vez determinada la fisonomía empezamos a trabajar en la escultura. Además, gracias a Nöel, se aplicaron otras técnicas de regresión que nos dieron información sobre la cantidad de músculo, grasa y piel que recubría el cráneo”, recuerda la antropóloga. “La idea era crear una imagen tan fiel a la real que al mirarla pareciera que estabas viendo al propio Darwin en persona”, añade.

El modelo está trabajado hasta el último detalle: “Identificamos todos los músculos faciales y craneales para esculpirlos minuciosamente, sobre este modelo se añadió la capa de grasa y finalmente la piel”.

La idea inicial partió de la Fundación Calouste Gulbenkian para la exposición ‘La evolución de Darwin’ y era recuperar la imagen de Darwin unos años antes de embarcarse en el Beagle para vivir la mayor aventura de su vida. Así, el resultado de la reconstrucción tenía que reflejar la imagen del “joven inquieto, intrépido, curioso y aventurero” que, a sus 22 años, fue capaz de dejar atrás todas las comodidades de su vida inglesa para viajar por el mundo durante cinco años a bordo de un barco, en el que en ocasiones tuvo incluso que cazar para comer.

Con este objetivo, sobre el modelo esculpido se colocaron detalles faciales como el color de los ojos, la mirada, la actitud, la expresión y todo lo que contribuye a producir una impresión emocionalmente viva. El trabajo se completó con el diseño del cuerpo con un molde de silicona y sobre éste colocaron la cabeza.

El resultado de este arduo proceso se puede ver en ‘La evolución de Darwin’ que dejará Granada el próximo domingo 3 de octubre. Las técnicas empleadas en la reconstrucción son las mismas que se “utilizan en la investigación criminalística para identificar cadáveres irreconocibles”, dice la científica francesa.

Elisabeth Daynès es antropóloga y escultora en París, donde regenta desde hace 20 años un taller especializado en reconstrucción de homínidos.

 

Viernes, 1 de Octubre de 2010

Parque de las Ciencias
Granada.

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